23 de septiembre
Martes XXV
Pr 21, 1-6.10-13 El corazón del rey es una acequia en manos de Dios
Hace más de treinta años dejé mi corazón en tu acequia. Sigues corriendo en mi, tu sangre es mi sangre, tu cuerpo es mi cuerpo. Mi devenir está en ti. Ser es tuyo. Señor, no abandones la obra de tus manos.