Desesperación

30 de septiembre
San Jerónimo

Job 3,1-3.11-17.20-23 ¿Por qué al salir del vientre no morí?

¿Cabe mayor desesperación? ¿Cabe mayor sinsentido? Job clama a ti, Señor de mi existencia, aborreciendo el momento de su nacimiento, su llegar a la vida, su ver la luz: ahora sería un aborto enterrado, una criatura que no llegó a ver la luz. Desde su amargura, su desgracia, su ansia de muerte para escapar de la vida, se dirige a ti. Su clamor, en nombre de todos los hombres y mujeres de nuestro mundo que, en su desesperación, no alcanzan a implorarte. Tenlos en tus manos, dales tu paz.

09.30

Vida y muerte

29 de septiembre
Santos Arcángeles

Ap 12, 7-12 Y no amaron tanto su vida que temieran la muerte

Vida y muerte son un asunto serio, Señor; aferrarse a la vida impide la muerte y la vida verdadera; negar la muerte impide la vida verdadera; renunciar a la vida y a la muerte impide vivir en ti, crucificado, muerto y resucitado. Señor de mis amores, ¿dónde está la vida, dónde está la muerte sino en ti? ¿Dónde sino en el silencio y en el vacío que todo lo llena?

09.29

Cristo Jesús

28 de septiembre
Domingo XXVI

Filp 2, 1-11 Tened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús

Llega tu palabra a todo mi ser, a mi cabeza, a mi corazón, a mis tripas, a mi razón, a mis sentimientos, a mi visceralidad, y me mueve a ponerme delante de ti y pedirte que me hagas tuyo sin fisuras, que me unas a ti, a tu ser, a tu vivir, a tu muerte, a tu resurrección. Ya me has unido a ti, Señor, desde el inicio de mi vida; ahora te pido que me hagas tuyo, que me venzas, mi Dios y mi todo.

09.28

Vuelta a ti

27 de septiembre
Sábado XXV

Ecl 11, 9-12,8 El espíritu vuelva a Dios, que lo dio

Durante esta semana tu Palabra ha llegado hasta mi con toda la fuerza del Eclesiastés. Provocativa, indómita, insólita, desestabilizadora. Tú me muestras tú misterio más allá de mi capacidad de asir, de comprender, de clasificar, de razonar. Tú, Señor, corazón, nube, sol, canto del pájaro, almendro florecido, miedo, penas, días aciagos, hilo de plata roto que vuelve a ti. Todo desaparece, el espíritu vuelve a Dios, que lo dio.

09.27

Tiempo

26 de septiembre
San Cosme y San Damián

Ecle 3, 1-11 Todo tiene su tiempo y su sazón, todas las tareas bajo es sol

Tiempo de nacer, tiempo de morir; tiempo de plantar, tiempo de arrancar; tiempo de matar, tiempo de sanar; tiempo de derruir, tiempo de construir; tiempo de destruir, tiempo de llorar, tiempo de reir; tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar; tiempo de callar, tiempo de hablar…
Y mientras escribo tu palabra en el tiempo mi corazón te dice: todo el tiempo está en ti, como en una gavilla.

09.26

Vanidad

25 de septiembre
Jueves XXIV

Ecl 1, 2-11 Vanidad de vanidades, todo es vanidad

Consumido en la hoguera de las vanidades, dame de tu agua, para apagar la sed de ser verdadero en ti. Tu Palabra hoy desestabiliza y deja la real realidad como poso: todo pasa, todo desaparece, el mar no se llena, todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas, no se sacian los ojos de ver ni los oídos de oír. Lo que pasó, pasará. Todo es en ti lo que es: viento y vacío. Ser de eternidad.

09.25

Acequia

23 de septiembre
Martes XXV

Pr 21, 1-6.10-13 El corazón del rey es una acequia en manos de Dios

Hace más de treinta años dejé mi corazón en tu acequia. Sigues corriendo en mi, tu sangre es mi sangre, tu cuerpo es mi cuerpo. Mi devenir está en ti. Ser es tuyo. Señor, no abandones la obra de tus manos.

09.23

Corazón sencillo

22 de septiembre
Lunes XXV

Pr 3, 27-34 No trames daños contra tu prójimo

Dame un corazón sencillo, verdadero, humilde, bondadoso, comprensivo, empático, sincero, incapaz de urdir maldad contra mi prójimo. Dame un corazón según tu corazón. Derrama tu amor sobre mi para que ame desinteresadamente, para que me olvide de mi, para que en mi ser no anide la maldad, el deseo de poder, el ansia de aparentar, la envidia o la maledicencia. Todo esto te pido, Señor, atiéndeme, por tu bondad.

09.22

Cerca

21 de septiembre
XXV domingo

Is 55, 6-9 Invocadlo mientras esté cerca

Tú estás siempre cerca; tu pronuncias tu nombre en mi boca, para que te invoque noche y día, e invocándote comprenda que estás en cada latido de mi corazón, en cada inspiración de mi ser, en cada momento de mi aliento, en mis entrañas; tú eres mi ser, tú eres mi camino, tus caminos son más altos que los míos, más íntimos, más verdaderos. Tú estás cerca, Emmanuel, Dios con nosotros.

09.21