Inocente

30 de junio
Lunes XIII

Amós 2, 6-10.13-16 Porque venden la inocente por dinero

Perdona, Señor, nuestro sistema económico y financiero, nuestra sociedad abducida por el deseo de tener cada vez más, a cualquier precio, sin importar que sigamos construyendo paraísos sobre la carne herida del inocente, del pobre, de los sin papeles, de los parados, de los que apenas tienen esperanza para seguir viviendo en medio de la opulencia escandalosa de los que, en ellos, te vendemos a ti, de nuevo, por treinta monedas, sin darnos cuenta que estamos en el camino de la perdición, de la muerte sin remedio.

06.30

Radiantes

29 de junio
San Pedro y San Pablo
Salmo 33 Contempladlo y quedaréis radiantes

Contemplarte, Señor. Como finalidad última. Contemplarte. Dejar que tú sigas mirándome y poner los ojos fijos en ti. Embeberme. Derretirme. Deshacerme. Olvidar me de mi mismo. Dejar de existir para ser en ti estrella fugaz, pincelada en el firmamento. Y en el silencio de la contemplación ser tu Palabra que proclama, anuncia, denuncia, y muestra las maravillas de tu amor. Sin que resuene la voz.

06.29

Corazón de María

28 de junio
Inmaculado corazón de María

Lc 2, 41-51 María conservaba todas estas cosas en su corazón

Porque tú eras y eres su tesoro. Y donde está tu tesoro, ahí está el corazón.

06.28

Roca

26 de junio
Jueves XII
Mt 7, 21-29 Se parece a aquél que edificó su casa sobre roca

Tú la roca, tú el baluarte, tú el cimiento, tú la piedra angular, tú la fortaleza, tú el abrigo, tú el amparo, tú la consistencia de mi vida, tú la raíz, tú el origen, tú el destino, tú la verdad, tú la vida.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece al hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.

06.26

Frutos

25 de junio
Miércoles XII

Mt 7, 15-20 Por sus frutos les conoceréis

Porque al igual que no se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos, tampoco se cosecha misericordia si no se está en tu misericordia, ni bondad si no se está unido, de alguna manera invisible a los ojos, a ti. Ni hay verdadera alegría si no se vive el evangelio en plenitud, ni hay plenitud si no se está arraigado en la fuente de la vida. Y así es, aunque no terminemos de creerlo, ni lo parezca en este mundo tan singular.

06.25

Juan

24 de junio
Natividad de San Juan Bautista

Lc 1, 57-66.80 La mano del señor estaba con él

Tu mano. Que acaricia, que acompaña, que fortalece, que anima, que muestra, que ama. Tu mano y todo tu ser estaban con Juan, en su infancia, en su juventud, cuando fue al desierto y en el silencio y la soledad fue solo tuyo, le sedujiste y se dejó seducir, le forzaste y le pudiste para que desapareciera y te mostrara, para que tu aparecieras como Palabra desde su voz que clama en medio de la nada. Así Juan. Así estás con cada quien que se derrota ante ti, y desaparece para ser tuyo.

06.24

Sencillo y tierno

23 de junio
Lunes XII

Mt 7, 1-5 No juzguéis

¡Qué difícil, Señor, no juzgar! Juzgo porque me creo superior, porque creo que nadie hace las cosas como yo, porque soy impaciente, porque no confío en el otro, porque tengo una mirada que no abarca horizontes inconmensurables, porque no miro desde tus ojos de misericordia, porque no amo como tú. No juzguéis y no os juzgarán, me dices, pero sigo juzgando. Dame sencillez, dame humildad, dame tu verdad, dame tu amor para amar.

06.23

Corpus

22 de junio
Corpus Christi

I Cor 10, 16-17 Comemos todos del mismo pan

Ser tu cuerpo entregado. Ser tu sangre derramada. Acercarme a ti y dejar que tu cuerpo me haga tuyo, que tu sangre me de la vida. Derramar mi sangre junto a la tuya, para hacer fértil la entrega de tu misericordia. Adorarte en tu cuerpo, y quedar transformado en el silencio de tu amor. Acercarme a tu eucaristía y ser en ti comunión para la vida sin fin.

06.22

Pájaros

21 de junio
San Luis Gonzaga

Mt 6, 24-34 Mirad a los pájaros

Mientras te escribo, Señor, esta oración matutina, no veo los pájaros pero escucho su piar de gorriones urbanos, mientras el murmullo de la ciudad se amortigua por la hora temprana y el carácter de casi fiesta que tienen los sábados. Sin verlos se que vuelan, y que en su volar te alaban. Ni siembran, ni siegan, ni almacenan, y sin embargo tú los alimentas. Y con su piar, que no miro, cantan tu gloria.

06.21