Transmisión

3 de mayo
Felipe y Santiago apóstoles,

I Cor 15, 1-8 Lo que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto

Que Cristo murió y resucitó por amor nuestro. Y para que no vivíamos para nosotros mismos, sino para él, que por nosotros murió y resucitó, envió al Espíritu Santo, como primicia para los creyentes, llevando a la plenitud su obra en el mundo. Una cadena ininterrumpida de transmisión en la entraña de María, desde Felipe y Santiago, apóstoles, hasta hoy. Una cadena que cada uno tiene que continuar hoy. Centrarnos en ti, desde tu amor, por amor.

05.03