Tu Espíritu

4 de diciembre
Martes I de adviento

Isa 11, 1-10 Sobre él se posará el espíritu del Señor

Tu Espíritu, Señor, que viene y aletea. Llega y anima. Entra y consolida. Penetra y nutre. Tu Espíritu que nos es ofrecido cada día, pues cada día estás viniendo a mí como prudencia y sabiduría, consejo y valentía, ciencia y amor. Tu Espíritu que me ciñe en justicia y lealtad. Tú Espíritu que me urge a dar tu buena noticia, a ofrecer tu año de Gracia y Salvación a los pobres y abatidos de nuestro mundo. Tu Espíritu que hace nido en mí. ¡Ven. Señor Jesús!

Caminar a tu luz

3 de diciembre
Lunes I adviento

Is 2, 1-5 Ven, caminemos a la luz del Señor

Porque vienes, Señor, hacia nosotros tenemos la posibilidad de ir hacia ti. ¡Ven, caminemos a la luz del Señor!, se dice la Iglesia expectante a través de tu misma Palabra. Ven, no te quedes quieto, ponte en movimiento hacia el encuentro con el redentor. Ven, sal de tus tinieblas y entra en la luz admirable que te es dada, que ya viene, que está cerca. Tú nuestro movimiento. Tú nuestra luz y nuestro camino. Señor. ¡Ven. Señor Jesús!

Despiertos bis

2 de diciembre
I Domingo de Adviento

Lc 21, 34-36 Estad despiertos

El mismo evangelio de ayer. La misma meditación podría brotar del corazón. Sin embargo de los profundo me sale, al comenzar este adviento, una antigua súplica, el anhelo de la humanidad expresado en una sencilla oración que quiero me acompañe a lo lardo de todos estos días: Maranatha, ¡Ven. Señor Jesús!

Despiertos

1 de diciembre
Sábado XXXIV

Lc 21, 34-36 Estad despiertos

Estemos despiertos, en vela, vigilantes, con una actitud atenta a lo que está sucediendo a nuestro alrededor, a los acontecimientos sociales, económicos, políticos, que muchas veces se nos presentan con tintes apocalípticos. Estemos despiertos, con los ojos abiertos y el corazón dispuesto, pues en todo ello estás tú, Señor Y Salvador nuestro, viniendo y llamándonos a estar en ti.