Don

11 de octubre
Jueves XXVII

Lc 11, 5-13 ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?

Esa es la confianza que tú estás atendiendo muestras súplicas, aunque no sepamos bien cómo; y de la confianza brota la insistencia, que tú pones en nuestros corazones y en nuestro deseo. Pedirte el don del espíritu santo, el don de la oración, el don de la confianza, el don de la entrega, el don de amarte más allá del propio don. Y ahí estás, fructificando en nosotros, por la fe.

Los pobres nos evangelizan

10 de octubre
Miércoles XXVII

Ga 2, 1-2.7-14 Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres

Pedro, Santiago y Juan –pilares de la Iglesia- es lo único que le piden a Pablo y a Tito a la hora de planificar la estrategia de la nueva evangelización.

Más claro no nos lo puede decir tu palaba hoy. Más claro agua. De salvación. Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres. Riqueza de la Iglesia. Tus predilectos. Tú mismo en ellos.

Por su gracia

9 de octubre
Martes XXVII

Ga 1, 13-24 Me llamó por su gracia y se dignó revelar a su Hijo en miEsta es la experiencia fundante. Llamado, arrebatado por tu presencia misteriosa e inexplicable, cercana y comprensible más allá de la razón; alterado, recreado, desconcertado, centrado, descuajado, plantado, situado en el infinito de lo real, presente y transcendido, mostrado, simplificado, unido. Llamado por tu gracia, que imprime tus mirada en mi pupila interior tu amor; muéstrame a tu Hijo y hazme morir.

Samaritano

8 de octubre
Lunes XXVII

Lc 10, 25-37 El que practicó la misericordia con él

El buen samaritano; el que muestra tu rostro misericordioso; el que se desprende de sí mismo a favor del prójimo sufriente; el que venda las heridas y sana los corazones desgarrados; el que cura con el bálsamo del amor; el que ama a Dios y ama a su prójimo; el que sabe que donde no hay amor uno debe poner amor y recibirá, sin saber cómo, más amor. Haznos samaritanos en nuestro mundo tan lacerado por la desigualdad, la injusticia y el asalto a mano armada de los que controlan lo económico.

Santificador

7 de octubre
Domingo XXVII

Hb 2, 9-11 El santificador y los santificados proceden todos del mismo

Llega esta lectura en el domingo, día en que la mayoría de los cristianos se acercan a ser santificados en la eucaristía. Llamados a la santidad en tu ser santo; recibiendo lo que de ti procede y en ti nos hace uno, para entrar en la dinámica de la salvación que llega del Padre, que brota de la fuente que mana y corre en la comunión del amor, en la Trinidad. Quizá lo mejor es dejar las palabras y en el silencio recibir tu Gracia santificadora.

Job VI

6 de octubre
San Bruno

Job42, 1-3.5-6.12-16 Te conocía solo de oídas, ahora te han visto mis ojos

Verme a la luz de tu mirada, Señor, en tu pupila reflejado. Viéndote en la oscuridad de mi vida comprender mi existencia en la claridad de la gloria que posees, a la que me llamas. Ahí estás, Señor, en la mirada de Job, después de despojarse de toda mirada. Después de abrir su ojo interior, en la desposesión y en el vacío, para que sólo tú fueses en él maravilla.

Témporas

5 de octubre
Témporas de petición y acción de gracias

Ex 8, 7-18 No digas: “por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas”

Parar conscientemente el día de hoy, Señor, para darte gracias por todo el bien recibido, que es todo, pues todo se transforma en bien por la fuerza de tu amor y el don de la fe. Reconocerte como artífice de mi existencia, de todo cuando existe. Alabarte, bendecirte, darte gracias. Y pedirte que aumentes en nosotros el don de la fe para seguir diciendo: “Tú eres Señor del universo”.

Job IV

4 de octubre
San Francisco de Asís

Job 19, 21-27 Yo sé que está vivo mi redentor

Confesión de fe desgarradora de Job: “Yo sé que está vivo mi Redentor, y que al final se alzará sobre el polvo. Después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré, mis propios ojos lo verán. ¡Desfallezco de ansias en mi pecho!” En esas ansias existenciales, lleno de de amor del amado, vivo y muero unido a ti, Señor. Sin ojos te veo, sin oídos te escucho, das aliento a mi vida que sin ti es muerte, yermo y vacío.”

Job III

3 de octubre
Miércoles XXVI

Jb 9, 1-12.14-16 Si cruza junto a mi, no puedo verlo

Pasas rozándome, y no te siento. Así ante ti, Señor, desconcertado por tu cercanía que palpo mientras te escapas, presente, en lo más íntimo y profundo, sosteniendo todo mi ser, más allá de mi ser, en la eternidad vacía. Me abrazas y me estrechas y no te retengo, trato de comprenderte y eres más grande que mis pensamientos; experimento tu amor y sigo encerrado en mi egoísmo; por eso callo y en el silencio te adoro.

Job II

2 de octubre
Santos ángeles custodios

Job 3, 1-3.11-17.20-23 ¿Por qué al salir de vientre materno no morí?

Desesperación, vértigo existencial, aborreciendo de la vida, oscuridad permanente alejado de toda luz, muerte dominando la vida. Lamento de Job ante sus desgracias, lamentos de tantos contemporáneos nuestros, Señor, que viven en condiciones infrahumanas por nuestro egoísmo. Y ante estas situaciones lacerantes, el salmo responsorial. A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos.