Misericordia II

22 de octubre
Lunes XXIX

Ef 2, 1-10 Dios, rico en misericordia

Como si fuese una tierna y pastoral respuesta a lo que escribí ayer Pablo me escribe una carta; Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, por pura gracia estáis salvados. Y así, Señor, me libras de mi mismo, me sacas de mi marasmo para ponerme ante la luz de tu ser que me aniquila para reavivarme.