Reconciliar

22 de julio
XVI Domingo

Ef 2, 13-18 Reconcilió con Dios a los dos pueblos

La reconciliación de los dos pueblos, la reconciliación, solo tiene cabida cuando se sale de uno mismo, cuando se abre la existencia al don de la reconciliación que procede de ti. Porque sin ti, que nos has reconciliado con tu sangre, ¿cómo no va a tener cabida el odio, el rencor, el deseo de revancha…? ¿De dónde sacar fuerzas para hacer algo tan poco natural como perdonar al enemigo? Tú has venido a traernos la noticia de la paz. Que así sea.