Tiempo de gracia

21 de marzo
Miércoles IV cuaresma
Is 49, 8-13 En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado

Me gusta, señor, considerar en día de hoy, cada día, tiempo de gracia donde tú te manifiestas y te haces presente, donde tú me llamas y me iluminas, donde tú te manifiestas para aumentar mi gozo y mi fortaleza. Cualquier día, cualquier momento, cualquier circunstancia, tiempo de gracia y salvación, porque ahí estás tú, y ahí te encuentro.

Sano

20 de marzo
Martes IV cuaresma

Jn 5, 1-3.5-16 ¿quieres quedar sano?

Escucho esta pregunta que en el evangelio le haces al paralítico, y que en él me haces a mí. Me preguntas, contemplando mis parálisis permanentes, que me impiden caminar de verdad hacia ti y seguirte sin dudar, si quiero quedar sano. Y sabes la respuesta que guardo en mi corazón y desde ahí te quiero contestar, Señor, mirando tu mirada de compasión y misericordia, con la que me abrazas.

San José

19 de marzo
San José

Mt 1, 16.18-21.24ª José, su esposo, que era justo

José, tan silencioso, tan en un segundo plano, tan real y verdadero, tan transformador de la existencia, tan desde lo profundo de su ser amante, de su ser justo, de su ser abierto a Dios. José, inseparablemente unido a María y a Jesús. Como quiero estar yo, contigo, con tu madre, Señor. En silencio, desde la realidad de cada día.

 

Rico en misericordia

18 de marzo
IV domingo cuaresma
Ef 2, 4-10 Dios, rico en misericordia

“…por el gran amor que nos amó, estando nosotros muertos por el pecado, nos ha hecho vivir por Cristo –por pura gracia estáis salvados”. Voy repitiendo despacio esta verdad total y real, tu amor, el pecado, la vida en ti, el don gratuito de la salvación, y me quedo pasmado de la grandeza de tu Palabra que viene hasta mí, Señor, en este día tuyo.

 

Compasión de mí

17 de marzo
Sábado III

Lc 18. 9-14 Oh Dios ten compasión de este pecador.

Es la oración del publicano, que hago mía, que hacemos nuestra. Ponernos con sencillez y humildad ante ti, sin pretensiones, sin exigencias, en silencio, en lo secreto, y volcar en ti mi corazón anhelante, lleno de amor derramado: misericordia Dios mío por tu bondad. Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi. Y mientras voy respirando voy diciendo, con abandono y confianza, esta oración hasta hacerlas parte de mi ser tuyo.

Solo Tú IV

16 de marzo
Viernes III

Mc 12, 28-34 ¿Qué mandamiento es el primero de todos?

¿Cuándo hablamos de cumplir tu voluntad, de escuchar tu voz y seguir tus mandamientos, de que son nuestra sabiduría  e inteligencia…de qué hablamos? Del amor. Escuchad, el Señor es tu único Señor. Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todo tu ser. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
De esto estamos hablando. Créelo en el santuario de tu ser más profundo, de tu conciencia infinita y abierta a ser para lo que has sido llamado.

Solo Tú III

15 de marzo
Jueves III

Salmo 94 No endurezcáis el corazón

Buen consejo, Señor, en mitad de la semana. Puedo parar un momento y meditar, recordando, que es pasando de nuevo por el corazón, los momentos en que he sido duro en mis juicios, en mis apreciaciones, en relación con los demás. Los momentos en los que he cerrado y no he abierto; los momentos en que he mantenido monólogos en lugar de diálogos; los momentos en los que me he buscado en vez de buscarte o buscar al hermano solo y desamparado.

Inteligencia

14 de marzo
Miércoles III cuaresma

Dt 4, 1-5-9 Ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia

Si a cualquier nos preguntaran cuál es nuestra sabiduría e inteligencia, que es lo que valoramos cómo tal, ¿qué responderíamos? Y sin nos dijeran que la sabiduría e inteligencia es poner por obra los mandatos que Dios quiere que cumplamos para crecer en su amor, y en amor, por tanto, y para alcanzar la plenitud de la felicidad más sustancial, ¿cómo reaccionaríamos? La respuesta y la reacción la pongo en tus manos, Señor.

Solo Tú II

13 de marzo
Martes III cuaresma

Dn 3, 25.34.43 No nos desampares para siempre

Simplemente recoger la oración de Azarías, en medio del fuego, en presencia de a ausencia: “no nos desampares para siempre, no apartes de nosotros tu misericordia…prometiste multiplicar tu descendencia como las estrellas del cielo y sin embargo somos el más pequeño de los pueblos y ahora estamos humillados por toda la tierra…no tenemos nada, Señor”

Y rezo esta oración en nombre de todos los pueblos refugiados del mundo y te pido misericordia para nosotros que no les tenemos en cuenta.

Profeta

12 de marzo
Lunes III cuaresma

Lc 4, 24-30 Ningún profeta es bien mirado en su tierra

¿Dónde están los profetas en nuestra tierra? Ya desde antiguo nos has ido guiando, a través de los profetas, por el camino de salvación. Profetas incómodos, que nos señalan con su vida tu voluntad, que denuncian las injusticias, que claman y reclaman en tu nombre. Profetas que parecen haber desaparecido sobre la faz de la tierra, de tu Iglesia, y que sin embargo siguen estando en medio de nosotros. ¿Qué hacemos para no saber mirarlos?