Cara a cara

5 de julio
Martes XIV

Gen 32, 22-32 He visto a Dios cara a cara y he quedado vivo

La experiencia de Jacob es la experiencia de todos los que sabemos, Señor, que te muestras, que están presente en nuestra vida, que eres más real que nuestra propia realidad. La dicha inigualable, “en la luz maternal que bendice mi carne, en la mágica y dulce plenitud de ese rostro”, me deja, inexplicablemente, vivo en ti y para ti. Contemplo el misterio y me estremeces.