Apocalipsis IV

18 de noviembre
Jueves XXXIII

Ap 5, 1-10 Vi  un Cordero en pié; se notaba que lo habían degollado

En la visión de Juan, Señor, tú eres el Cordero Degollado, el que abre lo que estaba cerrado, el que permite leer el libro de la vida, el que nos introduce en una existencia real más allá de la existencia que percibimos. Tú, que recibes las copas de oro que son las oraciones de los santos, como himnos de alabanza, con tu sangre comparte para Dios hombres de toda raza, pueblo y nación.