8 de noviembre
Lunes XXXII
Lc 17, 1-4 Es inevitable que sucedan escándalos pero ¡ay de quien los provoca!
Perdónanos, Señor, por los escándalos de los hombres y mujeres de la Iglesia, de los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, que han abusado sexualmente de niños y niñas, que han vivido en la inmoralidad más abominable, en la ilegalidad más punible. Perdona por ello a tu Iglesia, Señor, purifícanos. Haz que tu Iglesia propicie la justicia ante las víctimas y les ofrezca el consuelo con que tú nos consuelas.