Consuelo permanente

7 de noviembre
Domingo XXXII
2 Tes 2, 16-3, 5 Nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente

Tú, Señor, eres el que nos ha amado tanto, dando tu vida por nuestra salvación, ofreciéndote por amor. Tú nos has regalado un consuelo permanente, tu cercanía, tu hacerte hombre y caminar por los caminos de nuestra historia, tu estar presente en la eucaristía, tu ofrecernos tu Palabra; tú nos hs regalado la gran esperanza de sabernos redimidos por ti.  Que  esta verdad nos consuele internamente y nos de fuerza para toda clase de obras buenas.

En España, ayer y hoy, el consuelo del Papa Benedicto XVI, peregrino de fe.