Liberados

11 de octubre
Lunes XXVIII

Ga 4, 22-24.26-27.31-5,1 Para vivir en libertad Cristo nos liberó

Cambia la perspectiva, Señor, cuando comprendo que  la relación contigo es fuente de libertad, que me has liberado de las esclavitudes del pecado, que me ofreces la verdad, que me hace libre. Que ser en ti es ser en plenitud y verdad. Me cuesta comprender que se utilice la religión para esclavizar, pues desde siempre me has hecho comprender que para vivir en libertad me has liberado.

Con Él

10 de octubre
Domingo XXVIII

2 Tm 2, 8-13 Es doctrina segura: si morimos con él, viviremos con él

Es la verdad. En la medida que participo de tu muerte participo de tu vida. Cada vez que en lo pequeño y cotidiano muero a mí mismo, a mis apetencias, a mi afirmaciones, a mi ser más yo, recibo la vida que tu me das, tan abundante. Lo aparentemente contradictorio es una realidad vital. Ahí está tú, Señor, uniéndonos a tu misterio Pascual.

Vestidos de Cristo

9 de octubre
Sábado XXVII

Ga 3, 22-29 Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo…

…os habéis revestido de Cristo. Con tu vestidura llena de luz y de amor. Con tu vestidura de regeneración. Con tu vestidura nueva.. Con tu vestidura de vida en la verdad. Con tu vestidura llena de belleza. Con tu vestidura tejida en la misericordia del Padre. Con tu vestidura de entrega, vestidura para ser despojado Con tu vestidura de pasión, de muerte y de resurrección.

Belleza

8 de octubre
Viernes XXVII

Salmo 110 Esplendor y belleza son su obra

Pararme un momento, Señor, en medio del trasiego de este día y contemplar las cosas bellas que me rodean…en las personas que me rodean hay belleza…en lo pequeñas cosas que tantas veces me pasan desapercibidas hay una puerta para entrar en tu belleza; en el exterior, en la naturaleza, en ….está el rastro de la creación, la huella de tu mano. Esplendor y belleza son tu obra.

Rosario

7 de octubre
Nuestra Señora del Rosario

Lc 11, 5-13 Pedid y se os dará

Pedimos en el rosario “Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros”. Llega hasta nosotros a través de tu madre. Contemplo los misterios de tu vida, desde tu encarnación hasta la venida de tu Espíritu, unidos a María, guardando todo en el corazón, haciéndolo carne en mí. Gracias por el don de María.

San Bruno

6 de octubre
San Bruno

Lc 11, 1-4 Señor, enséñanos a orar

Es la petición constante de un corazón enamorado, que quiere participar aún más de tu intimidad sabrosa, del gozo silencioso e inexplicable de tu ser abierto para mi. Señor, enséñame a orar, de corazón a corazón, sin palabras, sin necesidad de consuelos, en silencio, entregado sin reservas, con tus propias palabras, en ti, dirigiéndome al Padre.

Témporas

5 de octubre
Témporas de acción de gracias y de petición

2 Co 5, 17-21 Todo esto viene de Dios

Puedo preguntarme, en este día de acción de gracias, qué es este todo. ¿Hasta que punto soy consciente en mi vida de lo que procede de Ti, Señor? ¿Mucho, poco, lo que yo juzgo bueno solamente? ¿Cuál es el motivo verdadero para darte gracias? ¿Cuáles son los bienes que proceden de ti? Termino con la oración de cada día: sea lo que sea, te doy las gracias.

Samaritano

4 de octubre
San Francisco de Asís

Lc 10, 25-37 Le vendó las heridas, echándole aceite y vino

Es el gesto del buen samaritano, que nos enseña cómo debemos amar al prójimo. Es el gesto de Francisco de Asís, cuando se acerca al leproso y le besa. Acercarnos a los demás, con afecto entrañable, participar de su ser herido, enfermo, humillado.  Derramar el bálsamo de tu misericordia. Hacerlo desde ti, Señor, y contigo.

Tu don

3 de octubre
Domingo XXVII

2 Tim 1, 6-8.13-14 Reaviva el don de Dios

Reavívame, Señor, el don que me has dado. Auméntame la fe. Sopla en el rescoldo de mis cenizas; haz que de nuevo se inflame el espíritu de energía, amor y buen juicio que pusiste en mi. Que siga tomando parte de los duros trabajos del evangelio, con tu fuerza. Que viva en tu amor, hasta consumirme, y así reavive el don de participar en tu Pascua.

Job IV

2 de octubre
Ángeles Custodios

Jb 42, 1-3.5-6.12-16 Reconozco que lo puedes todo…
…y que ningún plan es irrealizable para ti, yo el que te empeño tus designios con palabras sin sentido; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi comprensión. Te conocía solo de oídas, ahora te han visto mis ojos.

Y esas misma palabras de Job las pongo ante ti, Señor, desde lo profundo de mi ser. Y en silencio aguardo tu salvación.