Juan de la Cruz

14 de diciembre
San Juan de la Cruz

Nm 24, 2-7.15-17 Lo veo pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto
¿Qué es el adviento sino el deseo de contemplar al amado, gozarse en él, recrearse en su amor y su belleza, recibir su ciencia tan sabrosa, paladear entre temblores un no se qué que queda balbuciendo de amor? Adviento de soledades y esperas: en soledad vivía y en soledad ha puesto ya su nido, y en soledad la guía, a solas su querido, también en soledad de amor herido. Contemplarte, Señor. El todo en la nada.  En mi. San Juan de la Cruz.

12.14

En medio de Ti

13 de diciembre
Domingo III adviento
So 3, 14-18 El Señor, tu Dios, en medio de ti

En medio de ti, entre nosotros con nosotros, par nosotros. En la realidad, preñada de salvación, misterio de una presencia, manifestación de la divinidad. En nuestros caminos, en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestras amistades, en nuestro ser. Salvando. El Señor se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta. Es verdad.

12.13

Invocar

12 de diciembre
Sábado II de adviento
Salmo 79 Danos vida para que invoquemos tu nombre

La vida la recibimos de ti y tu nombre nos ha sido desvelado. Vida abundante, nombre de salvación. En este tiempo de adviento, Señor, me dispongo a darme cuenta que tu venida, que es vida y salvación, llega en cada momento, llega a la realidad cotidiana, se hace presente en medio de mi mundo. Que me pides ser acogido, que me invitas a ser cauce de tu gracia, pesebre para tu redención.

12.12

Tu bien

11 de diciembre
Viernes II de adviento

Is 48, 17-19 Yo el Señor te enseño para tu bien

Simplemente escuchar: “Yo el Señor te enseño para tu bien te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos los vástagos de tus entrañas”. Escuchar y  reconocer que es verdad.

12.11

Agua

10 de diciembre
Jueves II adviento

Is 41, 13-20 Los pobres y los indigentes buscan agua, y no la hay

En Kenia no llueve desde hace tres años. Ahí se está cumpliendo lo que dice Isaías: su lengua está reseca de sed.  “Yo el Dios de Israel, no los abandonaré, continúa el profeta. Alumbraré ríos en cumbres peladas, en medio de las vaguadas manantiales; transformaré el desierto en estanque y el yermo en fuentes de agua.” ¿Qué hago yo, me pregunto, para ser instrumento en manos de Dios y aplacar la sed del sediento, y transformar el desierto en oasis? ¿Cómo preparo tu venida entre los más pobres?

12.10

Esperar en Ti

9 de diciembre
Miércoles II adviento
Is 40, 25-31 Los que esperan en el Señor

Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como de águila, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. Espero en Ti, Señor, espero tu venida, confío en tu Palabra. Tú, el que vienes, invitas a venir a ti, a poner en ti el descanso: “Venid a mi, que vengo a vosotros, todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón…”

12.9

Inmaculada

8 de diciembre
La Inmaculada Concepción de María
Ef 1, 3-6.11-12 El nos eligió en la persona de Cristo, antes de la creación del mundo

Recito lentamente el himno de los efesios, poniendo delante de mi la figura de la Inmaculada, contemplando a María. Bendecida con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Sana e irreprochable en el amor. Destinada, en la persona de Cristo, a ser hija, y madre del Hijo, para que la gloria de su gracia, que tan  generosamente  nos ha concedido, redunde en alabanza suya.  María, tan sencilla y humilde, tan llena de Dios.

12.8

Los ojos

7 de diciembre
Lunes II adviento
Is 35, 1-10 Se despegarán los ojos del ciego…

…y así fue verdaderamente, que los signos mesiánicos anunciados por Isaías, el profeta, se cumplieron con tu venida. Los oídos del sordo se abrieron, saltó como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantó. Y lo reseco de nuestro ser se convirtió en vergel porque llegase tú, manantial de frescura, torrente en la estepa, y nos ofreces beber del agua e la vida. Hoy, como hace dos mil años, el mundo se goza con lo signos de tu salvación.

12.7

Preparad el camino

6 de diciembre
II domingo de adviento

 

Lc 3, 1-6 Preparad el camino al Señor

Un año más, Señor, llega hasta mis oídos, entra en mi corazón, la invitación de Juan el Bautista, que es orden para los que quieren acercarse a Ti: preparad el camino al Señor, allanad sus senderos. Me pregunto, Señor, cómo estoy preparando tu venida, cómo me estoy haciendo camino llano para ti, cómo trato de allanar los senderos abruptos de mi  ser. Y al no tener demasiada respuesta, confío en Ti.

12.6

Estás


5 de diciembre
Sábado I de adviento

Is 30, 19-21.22-26  Apenas te oiga, te responderá…

Aunque el Señor te de el pan medido y el agua tasada,  ya no se esconderá tu Maestro, tus ojos verán a tu Maestro. Si te desvías a derecha o a izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda: Este es el camino, camina por él. Tengo confianza en ti, Señor, tu me muestras el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. Ya llegas…

12.5