Nos hundimos

31 de enero
Sábado III

Mc 4, 35-41 Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?

Querría dirigirme a Ti, confiadamente, con fe, con la seguridad de lo que espero, en los momentos de zozobra y de tormenta interna, en las situaciones de sinsentido. Quiero dirigirme a ti, Señor, para interrogarte, en nombre de todos los que padecen los naufragios personales, o sociales, o institucionales, los que están en crisis y solo experimentan que se hunden.  Acercarme con fe y decirte, Maestro…

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