11 de octubre
Jueves XXVII
Mi 3, 13-20 Me compadeceré de ellos
Paisana de Madrid, Santa Soledad Torres Acosta tiene la gracia de compadecerse del enfermo, de servirte con amor generoso, Señor, cuando les visitaba, de descubrir tu presencia en los que sufren. Estuve enfermo y vinisteis a verme. Se acercó al enfermo en su propio hogar, allí les atendía y derramaba el bálsamo de la caridad. Su ejemplo, Señor, me mueve hoy hacia el mundo de la enfermedad.
Por causas de la vida, son frecuentes mis visitas a enfermos, familiares que se han ido y se están yendo.
Leí en una ocasión una frase de La Madre Teresa de Calcuta que decía que el que atiende a un enfermo ve en sus ojos a Jesús sufriendo en el Calvario, en la cruz. A su vez el enfermo ve en el que le atiende a un Jesús que está cerca del que sufre, que se deja tocar, que ayuda. Por lo tanto estar cerca del que sufre te hace sentirte colaborador con Jesús en la redención y eso es altamente gratificante aunque a veces estemos cansados y agobiados.
Hoy rezo por todos los enfermos que sufren y por todos los que están cerca de ellos dando su vida y su cariño.