12 de marzo
Jueves III de cuaresma
Jr 7, 23-28 Escuchad mi voz
Dime tu Palabra, señor, dame tu Palabra, haz que te oiga cada día, ayúdame a escuchar tu voz que me llama y me enriquece cada día. Tu palabra que me mueve a amarte sobretodas las cosas, tu palabra que me pide amar al prójimo, al menos, como me amo a mí mismo. Tu palaba que llega cada día a mis oídos, ojalá escuche hoy tu voz y no endurezca mi corazón. Hazme obediente a tu Palabra, ayúdame a encarnarla, como hizo María.
Escucho tu voz. La escucho en el silencio de mi oración, la escucho en el aire que mueve las hojas de los árboles, en el sonido de la lluvia. La escucho en el amigo que llora, en el niño que nace y en el no nacido. La escucho en el pobre, en el enfermo, en el que sufre. La escucho en la risa de los niños jugando y en el abrazo del que ama.
Es tan fácil escuchar tu voz, Señor. No me hagas sorda a tu palabra, a tu voluntad, a tu amor. Déjame escucharte y llevar tu voz en mi boca, así escucharán muchos tu voz.
Tú Palabra Señor, deseo que sea la fuente en la que calmen mi sed, me llene de amor, de justicia y comprensión. Ella me conduce siempre a Ti y de ella bebo.
Llévatelo todo para escuchar mejor tu sonido