10 de junio
Lunes X
II Cor 1, 1-7 Repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios
Recibir de Ti, repartir desde Ti. Cuando se recibe la dicha y la bienaventuranza que procede de ti, todo se hereda ya, y el ciento por uno en la vida ventura: el reino de los cielos, la tierra prometida, el ser saciados por tu justicia, el don eterno de tu misericordia, el contemplarte en el amor, el ser verdaderamente tus hijos en la eternidad. Toda la promesa se transforma en ánimo esperanzado que, sin saber bien cómo, en tu misterio entrañable, recibo y trnasmito, sin darme cuenta.
Me encanta mi heredad
me ha tocado un lote hermoso.
Abundo en tus riquezas,
E
Descanso serena
Cuando un mi vida reconozco que todo viene de Dios, recibo su fuerza para saber dar y recibir ánimo. Es todo obra suya, yo soy solamente sus manos y pies.
¡¡Gracias por todo Señor!!