Transfigurado

25 de febrero
II domingo de cuaresma

Mc 9, 2-10 Subió aparte con ellos solos a un monte alto

Contigo, en soledad, en altura, intimidad deleitosa, horizonte abierto, la frescura de la voz del Padre, tu ser blanco y transparente, todo de luz gloriosa, contemplarte y quedar radiante, mi corazón y mi carne retozan por ti, Señor mío, Dios vivo, luz de luz, tú única luz disipa la oscuridad de mi vida, y quedo anonadado, bendecido, bello en ti, tras conocer en un abrir y cerrar de ojos tu belleza eterna.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.