12 de enero
Jueves I
Mc 1, 40-45 Si quieres puedes limpiarme.
Eso te pido, redímeme de mi mismo, Señor, por tu misericordia. Cristo Jesús, luz interior, no dejes que mis tinieblas me hablen. Que la lepra de mi ego, de los filtros con las que interpreto la realidad y me acerco a ti, quede curada, sea purificada, me haga limpio. Te lo suplico de rodillas, como el leproso del evangelio de hoy. Se que tú me escuchas, Señor.
Si quiero Señor, ser limpia, de todo lo que no es grato a tus ojos.
Quiero tener un corazón humilde, que mi mente no sea vaga, se centre en lo importante.
Qué viva la caridad como norma de vida.
Qué sepa afrontar los contratiempos sin perder mi paz interior.
Qué ame a los demás, sin esperar nada a cambio.
Te buscaré y me humillaré ante ti Señor, pidiendo tú perdón