5 de junio
Miércoles IX
Tobías, 3, 1-11ª.16-17ª Profundamente afligido, sollocé, me eché a llorar, y empecé a rezar
Empiezo a rezar entre sollozos, Señor, al darme cuenta que no he llegado a la sangre en el combate contra el pecado, que quiero y no quiero, que busco y pierdo al mismo tiempo, que no consigo nada de lo que deseo, que la nada me da consuelo mientras busco el consuelo en todas partes alejado de la verdadera entrega, que….y dejo los sollozos intempestivos para abrirme a tu misericordia, pues sin ella nada puedo.
Enjuago Señor tus pies con lágrimas
que brotan de mi perdido pecado
pues te quiero sin quererte y te busco
sin amarte.Solo tu amor me salva.