5 de febrero
Domingo V
Job 7, 1-4.6-7 Mis días se consumen sin esperanza
El libro de Job siempre pone ante mis ojos, Señor, a tantos hombres y mujeres cuyos días se consumen sin esperanza, encerrados, sin horizontes vitales, con la conciencia que la trama de su existencia se está cortando sin remedio. Sin posibilidades, aparentemente sin capacidad de transformación, en la noche oscura de sus desvelos. Y ahí estás tú, Señor. Ofreciendo siempre una posibilidad de encuentro inexplicable, que va más allá.
Job, lanza un grito desgarrador.
Creo que en ésta humanidad, tan deshumanizada, hay muchos hombres, angustiados, sin rumbo.
Nosotros podemos ser responsables por nuestra pasividad.
No obstante Job cree, de igual manera yo pongo mi esperanza en ti Señor, en que nunca nos abandonas, siempre nos das una luz de esperanza.
Te pido fuerzas para estar siempre dispuesta a ser tus manos, para poder dar esperanza y nunca perderla yo.