2 de julio
Lunes XIII
Mt 8, 18-22 El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza
Seguirte, Señor. Implica desinstalarse, comporta carencia, incomodidades, generosidad, fatigas sin descanso, inestabilidad, frugalidad…implica abrazar el mismo estilo de vida que tuviste tú mientras viviste en nuestro mundo, y caminaste por nuestros caminos. Seguirte implica desear más la pobreza contigo, Cristo pobre, que la riqueza. ¿Ay qué lejos estoy de ello! Lléname de tu misericordia, que me sigue enriqueciendo sin fin.
Vida inestable y siempre cambiante ¿acaso alguien puede detener el viento?
Nano, seguir al Señor implica todo esto que dices, sí, todo eso, cosa por cosa y ¡que lejos estoy de ello!, de todo.
Abrazar tu estilo de vida, Señor, es abrazar el AMOR, y por eso y para eso lucho, trabajo, camino, vivo y duermo.
Necesito ayuda, Señor, ayudame, llename de tu misericordia, solo con ella lo conseguiré.
¡Que comentario tan precioso!, sigo repitiendo todo en mi interior