5 de septiembre
Viernes XXII
I Cor 4, 1-5 Que la gente solo vea en nosotros
Haz sincera mi oración, Señor: que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
En tu misterio misterio. En tu misterio luz y claridad, en tu misterio oscuridad. En tu misterio fe, esperanza, caridad. En tu misterio acurrucado y desapercibido. En tu misterio, palabra y huracán. En tu misterio, voz de silencio sutil. Sin dejar de ser en ti, por ti, para ser en ti misterio. Perdido en adoración.
Estamos llamados a ser signos visibles del amor de Cristo.
En mi vida intento ser portadora de su luz, en ocasiones su pies y manos.
Por mi fuerza no sería capaz, lo acompaño del encuentro personal y comunitario con Él.
Habitaré la casa que has hecho para mí
apenas saldré
y cuando lo haga, será solo para mostrarte a ti