4 de febrero
Miércoles IV
Salmo 102 Bendice alma mía al Señor
De vez en cuando un salmo pone palabras a lo que deseo decirte, desde lo más profundo de mi ser: bendice alma mía al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice alma mía al Señor y no olvides sus beneficios. Como un padre siente ternura por sus hijos así sientes ternura por tus fieles. Tu misericordia dura por siempre. Que todo mis ser te bendiga, sin reservas, proclamando en silencio las maravillas de tu amor.
Te bendigo, Dios mío, porque me has creado solo para amarte