9 de abril
Jueves octava de Pascua
Lc 24, 35-48 Paz a vosotros
No te alarmes, recibe mi paz. No tengas dudas en tu interior, recibe mi paz, toca mi cuerpo de hombre, mi carne, mis huesos, no soy un fantasma, no temas, no te asustes. Alégrate, pues me buscabas entre lágrimas y me has encontrado, tu luto se cambia en danza, te he vestido de fiesta, danza, canta, transfórmate en canto, en baile de misericordia, en danza de salvación. Sé testigo de mi vida, pues te baño con mi paz y transformo tu vida por el don de la resurrección.
Gracias Señor por darnos la Paz, sin Ella, mi vida no hubiese sido nunca lo que es. Ella me levanta siempre de mis caídas y bajonazos. Toda mi vida te agradecerá el Don de la Paz.
Me has dado la capacidad de amar, reír y soñar ¿por qué no la de creer?