31 de diciembre
Octava de Navidad
Juan 1, 1-18 En el principio ya existía la palabra
Tu palabra acompañándome todos los días de este año. Tu Palabra mostrándome el camino, tu Palabra haciéndose carne en mi carne, bañándome con tu consuelo, siendo verso de poema enamorado, recreándome en tu misericordia y tu perdón, llevándome hacia el hermano que está solo y desamparado, al borde del camino. T u palabra que me envuelve en el amor de tu presencia hecha palabra y salvación, cada día de este año. Gracias y perdón.
En el principio estabas, ya todo existía. Por una palabra existimos, con tu palabra crecemos y en tu palabra vivimos.
Tu palabra me sostiene, me impulsa y me acompaña. Tu palabra audible y visible en todo lo pronunciado.