21 de enero
Miércoles II
Mc 3, 1-6 Dolido de su obstinación
Dolido por la obstinación de los que tratan de poner la ley por encima de la vida y de la salvación. Dolido por la obstinación de los que permanentemente sospechan y están al acecho, para ver qué pueden denunciar a las autoridades religiosas. Dolido por la obstinación el que vive esclavo de sus propias mezquindades y no se abre a la libertad transformadora de tu misericordia que sana y perdona. Desde hace veinte siglos dolido por nuestra obstinación. Por mi obstinación.
Señor, cuantas veces a lo largo del día impongo mi voluntad en vez de pararme a pensar en tu ejemplo, busco una justificación que acalle mi conciencia y me obstino en no ver lo que Tu deseas para mi. Concedeme humildad para ver mis errores, paciencia para remontarlos uno tras otro y no desesperar, y sobre todo nunca dejes de llenar mi alma de Tu Amor.