15 de septiembre
Nuestra Señora de los Dolores
Jn 19, 25-27 Junto a la cruz de Jesús estaba su madre
Ahí estás, Señor, acompañado de tu madre, dulce fuente de amor, de compasión, de ternura, de fortalezas, de fidelidad, de cercanía. Junto a sus entrañas, que te llevaron y de generaron a la vida, tu cruz, tu muerte, tu dolor. Desconsuelo, rabia, impotencia, corazón traspasado. El del ser humano que contempla la barbarie y la injusticia cometida contra el pobre, el inocente, el cordero llevado al matadero. Ponnos junto a María, junto a tu cruz, en los crucificados del mundo.
Dolor incontenible el de María contemplando a su Hijo en la cruz herido de muerte. Su corazón desgarrado acepta un nuevo mandato: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Siguiendo tu ejemplo haznos, Madre, admitir la diversidad de los otros y aceptar la muerte, aunque nos parezca temprana e inexplicable.
Ayúdanos Madre, para que sepamos ponernos en el lugar de tantos hermanos nuestro como están sufriendo.
Dame la fortaleza de espíritu, para saber estar junto a los más doliente.
¡¡Qué no me olvide jamás que no hubo dolor más grande que el Tuyo!!