Mi pastor

11 de abril
Lunes V de cuaresma
Salmo 22 El Señor es mi pastor

Después de leer la historia de la casta Susana, en la primera lectura,  y de la mujer a la que Jesús salva de ser apedreada, en el evangelio, repetir el salmo 22 es un acto de singular belleza: el Señor es mi pastor, nada me falta, reparas mis fuerzas, aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

2 opiniones en “Mi pastor”

  1. Siempre me ha conmovido este pasaje del evangelio de Jn así como el relato, también de Jn del 3º domingo de Cuaresma, el relato del dialogo de Jesús con la mujer samaritana. Con que dulzura trata Jesús a una mujer adúltera (con que dureza la moral cristiana trata los pecados de la carne)diciendola «Anda vete y no peques más», así como el dialogo con la mujer samaritana a la que dice «.. no tienes marido;has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido»(aunque hay otras explicaciones más teológicas …)
    Y por el contrario como Jesús fustiga a los hipócritas y aquienes abusan del poder y de sus riquezas. Los primeros pensadores cristianos opinaban que dar limosna no era un acto de caridad sino de justicia porque era devolver al pobre la riqueza que se le había arrebatado.
    Ante este contraste me pregunto, ¿cómo los cristianos (los responsables de la religión cristiana) se han preocupado tan poco del abuso del poder y de la acumulación de la riqueza en pocas manos? ¿qué hemos hecho los cristianos a lo largo de la historia? ¿No son los pobres los privilegiados del Reino?

  2. En ambas lecturas nos poner Señor, a la vista tu gran misericordia, también no haces ver que nuestro pecado es grande y no lo reparamos. Perdón Señor, por mi ceguera. Sé que eres mi Pastor y me conducirás por la vida.

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