21 de septiembre
San Mateo
Ef 4, 1-7 Yo, prisionero por el Señor
Prisionero de amor, porque pusiste sobre mí tu mirada y me reconciliaste con el cielo y la tierra, armonía en mi corazón, me colmaste de dicha y de ternura; prisionero tuyo porque extendiste su mano hacia mí y me tocaste, y me sanaste, y me liberaste, y me levantaste; prisionero porque me llamaste y me dijiste sígueme y conmigo mostraste que era tuyo desde siempre. Gracias, Señor.
GraciasSeñor,me llamaste y me elegiste por amor .y mi respuesta solo puede ser sobre mi pobre y frágil amor.Gracias por la Cdad de San Mateo que tanto nos dio para conocerte.Bendicelos a todos y que estemos atentos a tus llamadas.
El murmullo calma
la murmuración mata
(Mt 9, 9-13)