24 de mayo
Lunes VIII
Mc 10, 17-20 Maestro bueno….
El evangelio de hoy lleno de llamadas, Señor, a vivir en ti: te llamo maestro bueno porque tu ser amor me enseña bondad y misericordia; te llamo maestro porque me enseñas a cumplir los mandamientos desde el precepto del amor; te llamo maestro bueno porque me urges a vender todo lo que tengo y, confiado en ti, dar el dinero a los pobres; te llamo maestro bueno porque a pesar de que me conoces sabes que lo que es imposible para los hombres no es imposible para Dios.
Señor, yo también te llamo maestro porque sólo tú me enseñas a vivir, con la vida que me entregas cada día. Te llamo maestro bueno, porque me amas y me enseñas a amar con la pedagogía de tu amor infinito, de tu paciencia inmensa, de tu perdón sin condiciones, de tu esperanza sin limites, de tus palabras sorprendentes, de tu presencia mas cercana a mí que mi propio yo, y más dulce que la miel.
Hoy Señor nos enseñas que debemos vivir despegados de los bienes materiales.
Que lo más importante para seguirte y vivir en tu Palabra, es Amar por encima de todo.
Quiero ser digna de estar junto a Ti. Que nada ni nadie me ponga en el camino otro amor que no sea el Tuyo.¡¡Ven sígueme!! Aquí estoy Señor, que esta sea siempre mi actitud.