12 de abril
Viernes II de Pascua
Salmo 26 El Señor es mi luz y salvación
Rezar este salmo desde tu Pascua, tan reciente, tan florida. El Señor es mi luz y salvación, ¿a quién temeré? Solo una cosa te pido, Señor: habitar en tu casa todos los días de mi vida, gozar de tu dulzura por años sin término. Espero, Señor, en ti, confío en ti, se que gozaré de tu dicha en el país de la vida, que tu Resurrección ha anticipado la alegría perpetua a tu derecha.
Vivir con la certeza y la confianza, me hacer decir en todas las circunstancias de mi vida.¡¡Eres mi luz y salvación!! Tú nunca me fallas, yo si , pero sabes que confío y te necesito.¡¡Gracias!!
Tu dorada luz
Estalla en la noche
Desconcertada
El Señor es mi luz, el Señor es mi compañía, el Señor es mi confianza, mi país, mi vida, mi casa, mi camino, mi descanso, mi alegría… ¿a quien temeré?, ¿quien mi hará temblar?.
Me agarro al Señor, me sujeto y me apoyo en él cuando el miedo me frena y me para, cuando estoy sola, cuando todo está oscuro y tiemblo, cuando me caigo y no soy capaz de levantarme sola, cuando me faltan las fuerzas para seguir, cuando todo es cuesta arriba… Y ahí está el Señor, Él ha resucitado por mi, ahí está su luz, su mano, su salvación, su voz, ¿a quien temeré…?