23 de diciembre
IV domingo de adviento
Lc 1, 39-45 Se llenó Isabel del Espíritu Santo
Acercarse a María, portadora de tu gracia y de tu salvación, hace que me contagie de la fuerza de tu espíritu, que salte de gozo en lo más profundo de mi ser, que se alegren mis entrañas. María, dichosa porque ha creído, en este año de la fe, pone tu don en mi mirada. Gracias por su entraña maternal, que aún me acoge. Gracias por abrir su seno vacío a tu plenitud, de la que recibimos gracia tras gracia, en Jesús, Emmanuel, nuestro Salvador.
Llena de tu Espíritu
plena en tu plenitud
embriagada con tu presentimiento
Has Señor que desborde de alegría con María.
Ella nos trajo la salvación.
Concédeme el don de abrirme plenamente a tu Gracias.
Señor, que siempre esté atenta a tus movimientos, que nunca me acostumbre a ellos, que sepa valorarlos y agradecerlos. Que nunca te abandone