2 de abril
V domingo de cuaresma
Jn 11,1-45 Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano
Imposible no pensar en la muerte del hermano de un amigo, sacerdote, que falleció repentinamente, joven aún, cansado de vivir, con las heridas del terrorismo abiertas asún después de tantos años, víctima de un terrorismo sin justicia, sin posibilidad de paz ni reconciliación. Esta mañana he celebrado la eucaristía por él, a la hora que escribo ésto, bien lejos, se está celebrando la eucaristía por él en Madrid, donde vivía, donde murió, tras haberlo enterrado hace días en el País Vasco. En el mismo evangelio dices: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. el que cree en mi aunque haya muerto, vivirá, crees esto?» Y pronuncio la confesión de fe en nombre de tantos cansado y agobiados: Sí, Señor, yo creo que tú eres el mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo»
«No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
Hoy me pide Jesus el Señor»Sal,ven afuera,pero no para lamentarte,y para distraerte,sino para ayudar y dar vida a los que lo necesitan.reza,cree,llora con el que sufre,dolor,fragilidad.Señor tú eres el Mesias el Hijo De Dios.Aumenta mi fe.
Aunque me arrancas la vida, la muerte espera
Y Jesús lloró… lloró por su amigo muerto… como hoy lloras tú por tu amigo, como cada día lloramos todos por alguien querido que se va y nos deja su recuerdo y su vacío. Y Jesús grita: «sal fuera». Sal a la vida, sal al camino, la muerte no es el final, la muerte es la llamada a la VIDA.
Tú, Señor, eres el CAMINO, la VERDAD y la VIDA….