HIjos de la luz

4 de septiembre
Martes XXII

Santiago 5, 1-6.9-11 Todos sois hijos de la luz

Concebidos en tu luz, señor, bañados por la claridad de tu presencia, que no conoce el ocaso en nuestras vidas, aunque pasemos por la noche oscura. Sabernos hijos de la luz, iluminados. Tu luz que ya está en el centro de nuestro ser, tu luz dada, tu luz reglada. Luz solo oscurecida por nuestras sombras. Solo volver a tomar consciencia de tu luz, que nos habita, puede restaurar nuestro ser herido. Tu Señor, eres mi luz y salvación, ¿a quién temeré?

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

5 opiniones en “HIjos de la luz”

  1. ¡¡Qué regalo más grande sabernos guiados por tú luz Señor!!
    Has que nunca me separe de Ella, que siempre guie mi vida, aunque tropiece, ella me ayuda a reencontrarte.
    Me llegó muy honda la meditación de la palabra Nano, gracias.

  2. En las tardes plomizas de oscuros deseos
    agazapado, esperando que abra la puerta
    Él me espera para llevarme allí donde no hay ocaso

  3. «¿a quién temeré?» A mí mismo por mis distracciones, dudas, cansancios, inseguridades; a mí mismo por mi mediocridad cristiana. «Tu Señor, eres mi luz y salvación». Nadie y nada más.

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