16 de febrero
Lunes VI
Gn 4, 1-15 ¿Soy acaso el guardián de mi hermano?
Soy el hermano de mi hermano, pues tú nos has creado hijos tuyos. Y la indiferencia me hace cómplice. En este mundo donde la indiferencia, ante el pobre y el que sufre las faltas de solidaridad de nuestro sistema económico, se ha globalizado mi indiferencia me hace cómplice del hambre, de la pobreza, de la desigualdad social tan lacerante en nuestro país, de la falta de humanidad. Hazme de nuevo ser humano, Señor, e implícame. Por tu misericordia dame vida.
Yo creo que mi obligación como hija Tuya es mirar por mis hermanos. En ellos te manifiestas Tú, no puedo pasar indiferente ante el dolor y la tristeza. Aunque muchas veces no responda plenamente, en ellos sé que estás Tú.¡¡ Ayúdame a ser cada día más solidaria y humana!!