>10 de diciembre
II lunes de adviento
Is 35, 1-10 Se regocijarán
Así llega tu Palabra hoy, anunciándonos el regocijo del desierto y el yermo, de la parte seca- y bien reseca- de mi ser, que se cierra al agua de tu abundancia. Ahí me llamas. A regocijarme y a alegrarme, porque en medio del desierto de mis esperanzas tu venida me va a hacer florecer como flor de narciso, que desprende todo su aroma para alabarte. Con la belleza que procede de ti me alegro y me gozo en mi Señor. Que eres Tú, mi amor.
Tú calmas mis anhelos, me liberas de mis pensamientos y sacias mi hambre
Sólo en ti mi alma se aquieta y se detiene el mundo
Sólo contigo puedo volver y contemplar la belleza de la creación
¡¡Gracias Señor, por el don de la salvación!!
Por hacerme de guía, para que no descarríe.
Por transformar mi tristeza en alegría, con tu venida