26 de julio
Martes XVII
Éxodo 33, 7-11; 34, 5b-9. 28 La llamó tienda del encuentro
Encontrarte, Señor, cada día. Como hoy. En la tienda de la vida, donde has puesto tu morada entre nosotros. Encontrarte en Cristo Jesús, en la eucaristía, en tu palabra, en mis hermanos, especialmente en los más necesitados. Encontrarte porque tú me buscas. Encontrarte en lo más íntimo de mi propia intimidad, donde te amo y te veo cara a cara.
Tú yo yo solos, frente a frente en cualquier situación, sintiendo tu presencia arrolladora que me ahoga de alegría y que me anula el sentido dejando tan sólo hablar a mi corazón enamorado.