13 de enero
Viernes I semana
Hb 4, 1-5.11 Empeñémonos en entrar en aquél descanso
Solo en Dios descansa mi ser, me conduces a fuentes tranquilas, reparas mis fuerzas. Tú, Señor, me haces descansar en medio de la vorágine diaria, pues se que nada soy, que todo viene de ti, que todo es don, que siervo inútil soy. ¿Quién me separará de tu amor? ¿Para qué preocuparme? Si ocuparme en responder a tu llamada, en poner todo mi ser a tu servicio, entre las azucenas olvidado.
Señor, en el descanso de tus brazos, de tu Palabra, en tu descanso, yo me paro. En tus praderas yo me recuesto. En tus fuentes tranquilas apago mi sed y mi calor. En tus brazos reparo mis fuerzas para seguir caminando. Tu vara y tu cayado me sostienen, me llevan y me conducen. Yo te sigo y camino por donde tú ya has caminado abriéndome paso. Yo me empeño en entrar en ese descanso tuyo.
El reposo
esa pequeña frontera entre Dios y los hombres