15 de enero
Jueves I
Hb 3, 7-14 No endurezcáis en corazón
Escucho hoy tu voz, Señor, pero endurezco el corazón, y te pongo a prueba, aunque tus obras son tan manifiestas en mi vida, en la historia de salvación donde estás derrochando tu gracia. Endurezco el corazón, y aunque lo creo de carne es un corazón de piedra…por eso te digo, como el leproso del evangelio: “Si quieres, puedes limpiarme”. Acaba de entregarme ya de vero.
Es en mis épocas de desierto cuando más Te necesito y más me alejo de ti, límpiame, vacíame de la fría oscuridad para poder llenarme de tu amor cálido y reconfortante luz, ilumina mi vida por completo y nunca mas temere perderme.
corazón duro es muy bonito y tiene todo la razón es genial