25 de febrero
I Domingo de cuaresma
Rm 10, 8-13 La Palabra está cerca de ti: la tienes en tus labios y en el corazón
Tu Palabra me da vida. Tu palabra cercana, diaria, sorprendente, exigente, inesperada, conocida pero siempre nueva, renovadora. Tu Palabra en la eucaristía, que alimenta y forma en ti, en tus actitudes, en tus sentimientos, que me hace afectarme por ti. Tu Palabra, Señor, tantas veces silenciosa, en la oración, donde se hace seno en mi seno y entraña en mi entraña, y me hace gemir con dolores de parto hasta que me haga nueva criatura en ti, verdadero discípulo tuyo. Tu Palabra, Señor, que me llega mediada por mis hermanos de comunidad, por la Iglesia. Tu Palabra, Señor, tan cerca de mí.
La palabra del Señor, la única capaz de remover conciencias y capaz de cambiar algo este mundo que necesita mucho cambio… deseos de que acabe la violencia de género, la homofobia, el terrorismo, el racismo…solo se puede conseguir removiendo conciencias y empiezo a creer que el único verdaderamente capaz es Dios.
Quiero tener La Palabra de Dios en mis labios y en mi corazón. Hoy es lo que pido a Dios. En la oración me nutro de ella y luego procurraré llevarla en mis labios para que sea ella la que hable por mí.
La Palabra será alimento, ayuda, perdón, sonrisa, compañía, arma para luchar y para amar.