23 de noviembre
Viernes XXXIII
Lc 19, 45-28 Escrito está: mi casa es casa de oración
¿Y cuántas veces la hemos convertido en cueva de bandidos? Cada vez que hemos comprado y vendido la relación contigo; cada vez que hemos manipulado tu lugar para albergar nuestros proyectos y espacios; cada vez que hemos que hemos tomado tu nombre en vano; cada vez que te hemos utilizado para nuestros intereses, cada vez que hemos ido a enturbiar tu casa con nuestros discursos, razonamientos y pensamientos que nos alejan de ti, cada vez que…y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Amigos:
Mi casa es casa de oración, dice el Señor, la importancia del silencio en la casa del Padre, y a veces el cuchicheo, las irreverencias, el estar molestando a los pocos que sí han comprendido las palabras del señor; Él habla en el silencio del corazón, te sigue diciendo estoy aquí esperando que vengas, sin voceríos, sin engaños, con veracidad y humildad.