28 de mayo
Viernes VIII
Mc 11, 11-25 Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos
Tu casa, Señor, tu cuerpo, tu Iglesia, lugar de encuentro y de reunión. Encuentro contigo en la oración, reunión de la humanidad, de todos los pueblos y culturas, congregada en asamblea santa. Tu casa, Señor, abierta a todos para que todos lleguen hasta Ti. Tu casa acogedora, donde todo el que llega venga de donde venga, es bien recibido. Así tu casa Señor, que también somos en nosotros, pues tú nos habitas.
Hoy Señor nos pones las cosas claras. Nos ayudas a comprender la necesidad de una oración no interesada, sino agradecida, confiada, ya que tú no necesitas que te digamos lo que nos hace falta, lo sabes, quieres que te veamos en cada acontecimiento de nuestra vida, en la naturaleza, en los hermanos. Nos pides que fortalezcamos nuestra fe, que no dudemos. ¡¡ Gracias Señor por ese Don que infundes en mi corazón, has que nunca la pierda, sino que la alimente y ayude a los demás a que te conozcan!!