Caín

16 de febrero
Lunes VI
Gn 4, 1-15 Caín se enfureció y andaba abatido

Caín se deja llevar por la envidia, sentimiento tan poco fraternal pero tan real en nuestra vida.  Mirar al hermano de una manera torticera me lleva a enfurecerme y me hace caminar abatido, encerrado en mis propios pensamientos y prejuicios, enredado en ellos, ajeno a la realidad. Libérame, Señor, del Caín que llevo dentro. Hazme, como Abel, ofrenda para ti y para el prójimo.

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Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.

2 opiniones en “Caín”

  1. Señor, sólo tú puedes librarme del Caín que llevo dentro. Sólo tú puedes convertir mis envidias en humildad y servicio al otro. Sólo tú puedes transformar mi rabia en amistad sincera. Sólo tú Señor puedes hacer nuevas todas las cosas. Que me deje renovar por ti cada día y lleve a los demás tu Vida nueva.

  2. Señor, ayúdame a callar esa voz que sale de lo hondo de mi persona con autoridad y amor. Desarma mi Caín para que pueda ofrecer siempre lo mejor que tengo a mis hermanos, para poder dar Testimonio todos y cada uno de los días. En Ti, Padre, la carga siempre es mucho mas liviana.

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