Autor: Nano SM

6 de mayo
Lunes
VI de Pascua

Hechos 16, 11-15 Venid a hospedaos en mi casa

Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, Señor. Tú me ofreces atrio y casa, intimidad caldeada, copa que rebosa, enjundia y manteca. Abres las puertas de tu casa para que entre y more en ti, Tú que moras en mí. Tú, Altísimo, eres mi morada, has plantado tu tienda entre nosotros, en el seno de María, la virgen. Gracias.

5 de mayo
VI domingo de Pascua

Jn 14, 23-29 Haremos morada en él

Quiero abrirte todo mi ser, en canal de gracia, para entre en mis entrañas y redimas mi carne. Quiero abrirte todo mi ser, mi cuerpo, mi mente, mi voluntad, mi memoria, mi entendimietno, para que anides en él tu misericordia. Quiero abrirte todo mi ser, con una confianza infinita, para amarte, guardar tu palabra y acogerte como morada. Quiero amarte y entregarme sin reservas, como hizo María.

4 de mayo
Sábado V de Pascua

Jn 15, 18-21 No es el siervo más que su amo

Ser sencillo como tú eres sencillo; ser disponible como tú eres disponible a la voluntad del Padre, por amor; ser siervo, como tú fuiste siervo; lavar los pies cansados, fatigados, deteriorados, gastados; con humildad, sin darse ni tan siquiera cuenta de que uno está actuando; desde abajo; sin pretender nada a cambio; dar la vida, como tú la diste. Hazme gustar de las dulzuras de tu amor, aún de noche, porque si no es así, ¿cómo voy a ser siervo de tu misericordia? Úneme a María, tu sierva fiel.

3 de mayo
Felipe y Santiago apóstoles,

I Cor 15, 1-8 Lo que yo os transmití, tal como lo había recibido, fue esto

Que Cristo murió y resucitó por amor nuestro. Y para que no vivíamos para nosotros mismos, sino para él, que por nosotros murió y resucitó, envió al Espíritu Santo, como primicia para los creyentes, llevando a la plenitud su obra en el mundo. Una cadena ininterrumpida de transmisión en la entraña de María, desde Felipe y Santiago, apóstoles, hasta hoy. Una cadena que cada uno tiene que continuar hoy. Centrarnos en ti, desde tu amor, por amor.

2 de mayo
Jueves V de Pascua

Jn 15, 9-11 Os he hablado esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud

Nos has hablado de esto: del permanecer en tu amor. Permanecer en tu amor es fuente de alegría. Permanecer en tu amor es vocación de plenitud. Permanecer en tu amor desde que me levanto hasta que me acuesto. Permanecer: hágase en mí según tu Palabra. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Estás en el amor. Estás llamado a permanecer en el amor. Estás llamado a vivir en la alegría. Y compartirla.

1 de mayo
San José Obrero

Gn1, 26-2,3 Hagamos al hombre a nuestra imagen

Comenzamos hoy el mes de María, tu madre, Señor, y lo hacemos volviéndonos a la figura de José. En el trabajo manual, en la vida diaria, en la vida oculta, seres hechos a tu imagen. Colaboradores en tu creación. Cada día, en cada momento, sabernos hechos por ti y a tu imagen. En tu imagen el origen de nuestra existencia. En tu imagen creadora, nuestro trabajo de cada día, obra de las manos, como hizo José. En tu imagen, vivida en plenitud, como María, nuestro destino.

30 de abril
Martes V de Pascua

Jn 14, 27-31 La paz os dejo, mi paz os doy

Ser portador de tu paz. Ser instrumento de tu paz. Pacificar mi corazón para transmitir tu don. Tu paz mis agresividades. Tu paz que serena el remolino de mi ira. Tu paz que pacifica mis deseos. Tu paz que hace germinar las semillas del don. Tu paz fruto de la vida de fe y de oración, del volverse hacia ti, del ser uno contigo. Paz en medio de nuestra sociedad, en medio de nuestros corazones. La paz en tanta guerra.

29 de abril
Lunes V de Pascua

I Jn 1,5-2,2 Dios es luz sin tiniebla alguna

Dios de Dios, luz de luz. Me acerco hasta tu luz; querría hacerlo con la sencillez de un niño que en medio de la noche se deja iluminar por tu cercanía. Tu luz, Señor, que nunca se apaga en mi corazón. Abre mis ojos para que vea tu luz. Hazme transparentar la claridad de tu presencia. Hazme transparente en tus claridades. Amén.

28 de abril
V domingo de Pascua

Ap 21, 1-5 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva

Aquí estás, Señor, aquí mismo, con toda la novedad que encierra la realidad transformada por tu presencia. Aquí, Señor, en esta tierra baldía, en esta nube ligera, en las hojas tiernas que mece el viento, en el polen que se desparrama, aquí mismo está el cielo nuevo en la tierra nueva. Aquí, Señor, en la mirada de mi corazón, acierto a vislumbrar la novedad de tu ser entre nosotros, tan infinita, tan inabarcable, tan cercana, tan entrañada, tan auténtica.

27 de abril
Sábado IV semana

Salmo 97 Cantad al Señor un cántico nuevo

Hazme canto para ti, en tu melodía.
Canto silencioso.
Canto profundo.
Canto sin canto.
Que todo mi ser cante tu alabanza. La gloria de tu nombre. Por siempre jamás.
Proclame mi alma la grandeza del Señor.