Misericordia

8 de septiembre
Domingo XXIII

Salmo 89 Por la mañana sácianos de tu misericordia

Es domingo. Una luz nueva resucita la mañana, tu presencia llena mi casa, has penetrado en mi vida, por las ventanas de mi alma. Es domingo, de tu hoguera brilla toda la semana, y vence oscuras tinieblas en jornadas de esperanza. Este himno de la liturgia de las horas me sacia de tu misericordia y convierte mi oración en alegría y júbilo. Que proceden de ti. Que comparto.

09.08

Sostienes mi vida

7 de septiembre
Sábado XXII
Salmo 53 El Señor sostiene mi vida

Es tan solo una frase, es tu Palabra, es una realidad: tú sostienes mi vida, tú me sondeas y me conoces, mi corazón es una acequia en tus manos, tú eres el lote de mi heredad y mi  copa, mi suerte está en tus manos, me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad. Que mi vida proclame tu grandeza y tu misericordia, que de testimonio de ti en las plazas, que cante y baile al son de tu nombre.

Jornada de ayuno y oración por la paz en Siria

09.07

En El

6 de septiembre
Viernes XXII

Col 1, 15-20 El es anterior a todo y todo se mantiene en él

Tú eres principio y fin del universo. En tus manos está mi tiempo, mis días, mis horas, mis minutos, todo mi ser. Tú mi inicio y mi final. Tú en todo y por todo. Tú para deshacerme en ti. Primogénito de toda criatura. En ti, Señor, quiso Dios que residiera toda la plenitud. Que me ofreces en este instante. Ábreme a ti.

09.06

Liberados

5 de septiembre
Jueves XXII

Col 1, 9-14 El nos ha sacado del dominio de las tinieblas
Cristo Jesús, luz interior, no dejes que mis tinieblas me hablen, Cristo Jesús, disipa mis sombras, deja que en mi solo hable tu amor. Hazme hijo de luz resucitado en tu Palabra, que me salva. Como luz me visitas, rey de los hombres. Es señal de tu gracia la luz amiga. Tú me sacas por gracia de las tinieblas. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu, salimos de la noche y estrenamos la aurora, saludamos el gozo de la luz que nos llega resucitada y resucitadora.

09.05

Hijo de Dios

4 de septiembre
Miércoles XXII

Lc 4, 38-44 Tú eres el Hijo de Dios

Lo digo desde tu gracia y tu paz. Lo digo desde la esperanza en que me haces vivir. Lo digo como verde olivo, en tu casa. Lo digo porque tú eres bueno, y la fuente de la vida. Lo digo con fe, bañado en tu amor que pone tu palabra en mi boa y me hace proclamar tus alabanzas. Lo digo y te adoro. Tú eres el Hijo de Dios, el Mesías, El Señor.

09.04

 

Mi luz

3 de septiembre
Martes XXII

Salmo 26 El Señor es mi luz

Tendido a tu sol, bañado en tu luz, en la serenidad de tu nombre, en tu presencia. Siempre tu luz, la aurora, el despertar, los levantes. Tu luz. A la luz de tu rostro. Amanecer cada día en la claridad de tu  presencia. Ir viendo cómo me pasas de la noche a la luz. Ilumina los ojos de mi corazón para contemplar la dulzura de tu rostro recién amanecido. Tu  sol con lanza luminosa, rompe la noche y abre el día. Estreno claridad de corazón cada mañana. Se hace tu gracia más cercana, y es más sencilla la verdad.

09.03

Anunciar el evangelio a los pobres

2 de septiembre
Lunes XXII

Is 4, 16-30  Me ha enviado a anunciar el evangelio a los pobres

El Espíritu del Señor está sobre mí,  porque me ha ungido. Me has enviado a anunciar tu buena noticia a los pobres, a los marginados, a los parados, a los que sufren, a los enfermos, a los que viven el sinsentido de su propia oscuridad. Me has enviado a anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista, para dar libertad a los oprimidos, para anunciar tu año de Gracia. Amaré al prójimo con a mí mismo, desde tu propio amor.

09.02

Dios vivo

1 de septiembre
XXII Domingo

Hb 12, 18-19.22-24 Os habéis acercado a la ciudad del Dios vivo

Eres un Dios vivo, un Dios de vida, un Dios que te haces presente en mis días y en mis noches, en las que despierto antes de los levantes de la aurora salgo a buscarte. Te encuentro en mis murallas, en mis calles, en mis plazas, en mi alcoba interior, en los jardines, fuente de mis aguas, eres tú, Señor, Dios mío. Amaré al Señor con todo mi corazón, con todas mis fuerzas, con toda mi alma, con todo mi ser.

09.01

Tomad y recibid

31 de julio
San Ignacio de Loyola

Mt 13, 44-46 El Reino de los cielos se paree a un tesoro escondido en el campo; el que lo encuentra lo vuelva a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad,
todo mi haber
y mi poseer;
Vos me lo diste;
a Vos, Señor, lo torno;
todo es vuestro,
disponed todo a vuestra voluntad;
dadme vuestro amor y gracia,
que esto me basta

07.31