Meditad

26 de septiembre
Jueves XXV

Ageo 1, 1-8 “Meditad sobre vuestra situación

Sembrasteis mucho, y cosechasteis poco, comisteis sin saciaros, bebisteis sin apagar la sed, os vestisteis sin abrigaros, y el que trabaja a sueldo recibe la paga en bolsa rota. Así dice el Señor: Meditad en vuestra situación”.

No sé cómo meditar este texto, espero en silencio tu salvación.

09.26

Desnudo

25 de septiembre
Miércoles XXV

Lc 9, 1-6 No llevéis nada para el camino

He venido desnudo al mundo, volveré desnudo a la tierra, de la nada vengo, a la nada voy, ¿qué riqueza soy? Despréndeme de todo para el camino, ni miraré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los montes y fronteras proclamando que solo eres tú principio y fin de la existencia, que en ti está la fuente viva, que tu luz nos hace ver la luz.

09.25

Ser tu Palabra

24 de septiembre
Martes XXV

Lc 8, 19-21 Mi madre y mis hermanos son éstos:

…los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra. Escuchar tu palabra y encarnarla. Ser tú, desaparecer. Ser tus ojos para mirar con bondad todo lo que crece, todo lo que respira, todo lo que se mueve, todo lo inerte, todas las estrellas, todo el firmamento, toda la creación. Ser y boca para decir una palabra de consuelo al pobre, para proclamar la buena noticia y el año de gracia. Ser tus manos para acariciar, dar calor y vida, sanar y salvar, levantar y recrear. Ser tú y dejar de ser yo.

09.24

Principio mateo

23 de septiembre
Lunes XXV

Lc 8, 16-18 Al que tiene se le dará

Y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. De desconcierto en desconcierto tu Palabra me lleva por la senda de la verdad, del ponerme ante lo incomprensible, ante lo irresoluble. Quedarme quieto, con la mirada en tus labios, pronunciando tu nombre, respirando con los latidos de tu corazón, a la espera que manifiestes lo que ya se y tengo: que tu eres mi tesoro sin fin.

09.23

En cualquier lugar

22 de septiembre
XXV Domingo

Am 8, 4-7 Quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar

Hazme oración en todo momento y en todo lugar: que mi mente se silencie y se vacié para ti, que mi cuerpo dance sin fin para alabarte, se postre para adorarte, abra su corazón para acogerte, desnude sus entrañas para desposeerse de todo lo que no seas tú. Que rece estando de camino y sentado, en la cama y levantado, en mi cuarto, en el templo, en la ciudad, en el metro, en el monte, en la playa, en el bosque, en el mar, junto al enfermo, junto a quien se siente solo y desamparado, en la inmensidad del desierto. Hazme oración en Ti, Señor.

09.22

San Mateo

21 de septiembre
San Mateo

Ef 4,1-7.11-13 Os ruego que andéis según la vocación a la que habéis sido convocados

Tu llamada, Señor, desde el inicio, mediada por san Mateo, invitándome a seguirte más allá de san Mateo. “Sed humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo”. Dadme vuestro amor y gracia, que ellas me bastan.

09.21

Desnudo

20 de septiembre
Viernes XXIV

Tim 6, 2-12 Sin nada venimos a este mundo, sin nada nos iremos de él

Y sin embargo, Señor, cuánto afán de ser más, de tener más de poder más, de abarcar más. Cuánta envidia, difamación, corrupción, polémica, controversia inútil, mezquindad de tentación. Cuánta codicia inútil. Cuánto espejismo en la riqueza, cuánta trampa, cuanta perdición y ruina. Recuérdame que soy nada, solo en ti. Pon en mi corazón la bienaventuranza de la pobreza, y dame la gracia de buscar esta felicidad, el tesoro que guardas tú.

09.20

Magdalena

19 de septiembre
Jueves XXIV

Lc 7, 36-50 Me ha lavado los pies con sus lágrimas

Hazme tú, Señor, agua agradecida para tus pies, agua arrepentida que nace de mi interior, agua mansa que te sirva en lo más sencillo; que mis cabellos se transformen en amor que te enjuaga por amor; que mis besos te cubran crucificado, en los que ahora están crucificados por mi falta de compasión. Hazme ungüento perfumado para tu alabanza. Te beso como Judas, te amo como María Magdalena. tú me perdonas mucho, mucho quiero amarte.

Calella. Cinquena ed