Bendecid al Señor

27 de noviembre
Miércoles XXXIV

Dn 3 Sol y luna, bendecid al Señor.

Ensalzadlo con himnos por los siglos. Todo ser que aliente, alabe al Señor. Por mi voz, todas las criaturas. A ti, Señor, gloria y alabanza por los siglos. Todos los días te bendeciré, y alzaré las manos invocándote. En el silencio de mi corazón, hazme lo que soy: ser para tu gloria.

11.27

Destrucción

26 de noviembre
Martes XXXIV

Lc 21, 5-11 Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra.

Todo será destruido. Incluso las preguntas: ¿para qué tantos afanes?¿para qué tanto agobio por esto y por lo otro?¿Para qué tanta vanidad y tanta vanagloria?¿para qué tanto poder, tanto prestigio, tanto y tanto de nada?¿Dónde deja la muerte todo lo que soy?¿Cómo recibe la vida el ser de eternidades? ¿qué soy sino polvo y vacío? Porque la contemplarte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas.

11.26

La viuda

25 de noviembre
Lunes XXXIV

Lc 21, 1-4 Ha echado todo lo que tenía para vivir

Con totalidad. Con radicalidad. Con desprendimiento. Con generosidad. Con magnanimidad. Sin reservar nada. Confiando en tu Providencia. Con naturalidad. Desapercibida, sencilla, real. La viuda: sabed que esta pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir”

11.25

carne tuya

24 de noviembre
Cristo Rey

II Samuel 5, 1-3 Hueso tuyo y carne tuya somos

Somos hijos en el hijo, creados a imagen y semejanza tuya, llamados a ser santos e irreprochables por El en el amor. Llamados a participar de su plenitud. Desde el bautismos ungidos como reyes en Cristo Rey. Y ¿sin somos reyes, por qué andamos en las mazmorras y calabozos de nuestro pecado? ¿Por qué no somos lo que somos, seres capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz? Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso.

11.24

De vivos

23 de noviembre
Sábado XXXIII

Lc 20, 27-40 No es Dios de muertos sino de vivos

A veces en una semana tu Palabra se repite y me trae hacia la realidad invisible a mis ojos, pero tan cierta como tu presencia alentadora en medio de esta tarde, de la luz serena, del sol que existe siempre, aunque haya niebla, negros nubarrones o cielo raso en la noche. Tú eres un Dios de vida, que existes desde siempre y vives para siempre. Luz sobre toda luz.

11.23

Casa de oración

22 de noviembre
Viernes XXXIII

Lc 19, 45-48 Mi casa es casa de oración

MI cuerpo es casa de oración, en lo más profundo de mi ser habitas y me mueves hacia ti, me buscas y te encuentro, hoy llego como salvación hasta tu casa y me quedo a morar en ti, alégrate y goza con mi presencia, date con gratuidad pues no espero de ti mas que amor gratuito. Bebe del pozo que pongo en ti, y sacia tu sed de ser para lo que has sido creado.

11.22

Goza

21 de noviembre
Nacimiento de la Santísima Virgen

Zc 2, 14-17 Alégrate y goza

Alégrate y goza, hija de Sión, pues yo vengo a habitar en medio de ti, estoy en tu ser, soy ser tuyo y vida de tu vida, comparto tu vida y tu muerte, tu ser y tu vació, tu todo y tu nada, estoy en tu realidad, en las entrañas más íntimas de tu existencia, que tú misma desconoces, estoy siendo en ti salvación, dicha sin ocaso, principio y fin.

11.21

Sin hijos

20 de noviembre
Miércoles XXXIII

Mac 7, 1.20-31 Viendo morir a sus siete hijos en un día, soportó con entereza.

Lo soportó con entereza, esperando en ti. Con temple viril y ternura femenina, a la vez. Vienen también a mi corazón tantas madres, y padres, que ven morir a sus hijos, a uno tras otro, en la sin razón de la guerra, del hambre, de la precariedad, de la miseria. Hombres y mujeres que se vuelven a ti e imploran que tú vuelvas hacia ellos tus ojos misericordiosos, para no perder, en medio de la desolación, la esperanza de saber, ¡de qué manera!, que tú eres un Dios de vivios y no de muertos.

11.20

Hoy

19 de noviembre
Martes XXXIII

Lc 19, 1-10 Hoy ha llegado la salvación a esta casa

Hoy tengo que alojarme en tu casa. Hoy mismo. En este momento que está entre tu pasado, que o bien arrastras, que o bien te condiciona sin amparo, o bien te permite vivir este presente como historia de salvación, y el futuro que ganará en la medida que te abandones en mis manos y confíes en mí. Hoy, de una manera especial y única, me ofrezco para ti. Hoy ha llegado la salvación a tu casa.

11.19

Oración de Jesús

18 de noviembre
Lunes XXXIII

Lc 18, 35-43 ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi!

Jesús, hijo de Dios, ten misericordia de mi, que soy un pecador. Jesús, hijo de Dios, ten misericordia de mi, que soy un pecador. Jesús, hijo de Dios, ten misericordia de mi, que soy un pecador. Jesús, hijo de Dios, ten misericordia de mi, que soy un pecador. Jesús, hijo de Dios, ten misericordia de mi, que soy un pecador.
Respiro y te pronuncio. Respiro y mi corazón se llena de la dulzura de tu nombre. Respiro y recibo, sin saber bien cómo, la vida que procede de ti.

11.18